Este post es el primero de varios en que quiero ir dejando consejos para visitar ciudades, sobretodo ésas grandes, con muchísimas atracciones interesantes -que todo el mundo te recomienda. Por lo mismo tanta recomendación puede ser abrumadora, así que parto con un tema que puede ser un poco controversial: los museos. En un post anterior te conté algunos tips para preparar el viaje de tus sueños, así que ahora voy por algunos tips para decidir sobre estas atracciones.
La primera vez que fui a Europa estuve sólo en Madrid. Fue un viaje que salió de la nada, un premio que me gané, que consisttía una semana con los gastos pagados en un hotel maravilloso. ¿Soñado, no?. Bueno, en ese viaje descubrí lo que es el REAL dolor de pies, producto de caminar por horas y horas. Como una no sabe de las distancias- y esto fue antes de Google maps, así que imagínense…-, camina no más, total, ¿qué tan lejos puede ser? (!!!).
Parte importante de este dolor de pies fue de recorrer uno de los museos más grandes del mundo, el museo del Prado.
Antes de seguir debo aclarar que me encanta el arte. Me fascina ver creaciones humanas a través de los siglos, y tratar de leer qué me producen a mí cuando las veo. Como todos supongo, tengo mis preferencias. Me gusta mucho el arte medieval, el que se desplegaba en iglesias románicas y góticas -culpa del Museo Nacional de Arte de Catalunya– pero también me fascina el arte de fines de siglo XIX y de ahí en adelante.
A pesar de lo anterior, tengo una posición algo conflictiva con el tema: me encanta sentir las ciudades, más que ir a encerrarme a un lugar por horas. Así que si lo hago, prefiero hacerlo en un museo que realmente disfrute, en el que esté presente con todos los sentidos. Entonces, a partir de estas experiencias, se me ocurrió entregar estos consejos para que puedan escoger qué museos visitar o bien, preguntarse si lo quieren hacer o no.
CONSEJO 1: DESCUBRE LO QUE TE GUSTA
De la gran primera experiencia en Madrid aprendí a escuchar lo que me gusta. Aprendí que las obras com. las que hay en el Prado, no son de mi preferencia. Entonces, ¿para qué dedicarle tantas horas?. Sin embargo, aluciné al cruzar la calle y conocer el Museo Reina Sofía, donde está el famoso Gernika de Pablo Picasso.
Un par de años después viajé a París, y fui al Louvre. Durante un tiempo me flagelé por haber estado muy poco tiempo. Pero me pasó que, galería tras galería, me asomaba por las pequeñas ventanas y veía que nevaba levemente. ¡Lo único que quería era salir para sentir la nieve en la cara!.
No quiero decir con esto que los grandes museos son aburridos o que no aconseje ir. Pero antes de ir, recomiendo mirar su web, y ver si realmente les interesa ir, por el tipo de colección que tienen.
CONSEJO 2: ES TU VIAJE, NO EL DE ALGUIEN MÁS
Soy de la idea que para cualquier visita, ya sea primera o no, no hay nada indispensable. Por lo tanto, ni se te ocurra pensar en el qué dirán. En el que alguien te va a preguntar por el Louvre y le vas a decir no, no fui. Porque lo que caminaste o sentiste en esas diez horas fuera, en la calle, versus en el museo, son otras sensaciones, también únicas.
Sin embargo, si realmente quieres ir a ciertos museos, como fue mi caso en París, el centro Georges Pompidou se puede convertir en un indispensable- es probablemente mi museo favorito; se viene post al respecto porque lo amo -. O bien si admiras mucho la obra de Van Gogh, aprovecha de ir a su maravilloso museo en Amsterdam. Todo está en tu ánimo y en lo que quieras descubrir, nada más.
CONSEJO 3: ESCOGE LO QUE QUIERAS VER EN LOS MUSEOS
Si tienes tiempo limitado o no te quieres cansar en demasía, es muy recomendable revisar la web del museo al que vas a ir y anotar aquellas secciones o salas que son de mayor interés para ti. Una colección tan grande no se puede visitar completa, o simplemente vas a verla, pero a la rápida. En París he ido más de una vez al museo de Orsay y lo recorro completo, porque me encanta. El Met en New York fue igual.
Por ejemplo, La Capilla Sixtina puede ser un must en Roma, salir en todas las guías como ineludible visita. Sus frescos son de otro mundo-acá dejo una modesta foto de ellos-. La Capilla está inserta en los Museos Vaticanos, que tienen extensas colecciones de pintura y escultura, claves en la cultura católica. Ante la disyuntiva del tiempo y cómo ocuparlo, entonces, surgen las preguntas: ¿tienes tiempo para ir y disfrutar de esta maravilla del arte con calma?.
Si es así, mi consejo es ¡ve directo a ella!
CONSEJO 4: CONFÍA EN TU INSTINTO
En planear un recorrido por una ciudad no hay recetas, salvo confiar en tu instinto, en tu ánimo. Escucha a tu cuerpo. Y también escucha lo que quieres descubrir, para que cualquiera que sea tu elección de lugar a visitar, lo disfrutes. Esto, para que no estés peleando por sacar una foto, sino que puedas admirar.
En conclusión, no hay ninguna receta para hacer tu itinerario: sigue tu instinto, tus ganas y descubre lo que quieras descubrir, estando presente en el momento preciso. Cualquier decisión que tomes será correcta 🙂