Es difícil imaginar estos pueblos de Francia sin sentir el olor a lavanda, a flores y a húmedo que los embargaban cuando fui, en una lluviosa temporada de otoño. Ubicados todos a lo largo del río Dordogne, uno de los más importantes de Francia, no tienen tanta notoriedad como sus cercanos del Loira, más acostumbrados a las visitas, por los numerosos palacios, jardines y vistas románticas que se suceden a lo largo de su geografía.
La Dordogne, como se conoce a esta región, es más campesina, menos señorial. Más de castillos, menos de palacios. Más de cassis hecho en casa, menos de champagne. Y por lo mismo, diferente, auténtica y con una gran cantidad de pueblos y lugares aún por descubrir. Aquí les propongo sólo cuatro, aunque hay muchísimos más. ¿Me acompañan?.
1. BORDEAUX, EL PUNTO DE PARTIDA HACIA LA DORDOGNE
Bordeaux es todo un destino en sí mismo, una ciudad interesantísima, llena de arte y ecléctica a más no poder. La menciono aquí sólo como un buen punto de partida, aunque no está mal para pasar unos días, con vistas como estas desde el río Garonne.
Desde Bordeaux se llega a Périgueux, una pequeña ciudad desde la que nos podemos tranquilamente internar hacia la Dordogne. Dada su ubicación, es también un punto interesante de partida para recorrer esta zona del sur de Francia en el medio de transporte favorito, el tren.
Périgueux es el centro de la región de la Dordogne y desde donde puedes partir tu viaje a las poblaciones cercanas. Sarlat, La Rocque Gageac, Beynac y muchas otras se encuentran en éste, el otro corazón de Francia.
2. SARLAT LA CANEDA, EN EL CORAZÓN DE LA DORDOGNE
Ya sólo ir en camino a Sarlat es un sueño: paisajes verdes, pequeñas colinas, algún castillo por ahí. Todo es muy auspicioso, y el pueblo en sí no se queda atrás: construido en piedra amarilla, cada uno de sus rincones es totalmente encantador.
Por sus calles abundan restaurantes, bares y tiendas de las especialidades de la zona de Limoges, esas que siempre hemos reconocido como francesas, pero nunca hemos sabido exactamente de dónde provienen. Son de esta zona: los licores de cassis más cremosos posibles, todos los derivados de las nueces imaginables, patés en diversas formas, quesos, mieles.. la tradición de esta tierra aparece por todos los rincones.
Si seguimos paseando por Sarlat, aparecen rincones como éste:
A Sarlat se puede llegar desde Périgueux fácilmente en tren, en un viaje de algo más de una hora. Y sin duda vale la pena ir, aunque sea por un par de días, para explorar este impresionante casco antiguo.
Desde la estación de Sarlat, para llegar cerca de la villa medieval, toma el bus N° 6 que te dejará cerca en 10 minutos. También puedes caminar, en un trayecto que te tomará 30 minutos. Aquí, en el sitio web de los trenes de Francia, podrás comprar pasajes con anticipación.
¿Qué más se puede hacer en Sarlat?. La respuesta es mucho: puedes usar este pueblo medieval como punto de partida para visitar otros destinos, como los que te cuento ahora.
2. LA ROCQUE GAGEAC, EL PUEBLO MÁS LINDO DE FRANCIA
Este pueblo está literalmente en la orilla del Dordogne y ha liderado muchas veces la lista de pueblos más lindos de Francia. ¡Es claro por qué!.
Sus pintorescas casas parecen esculpidas en la Montaña, como homenajeando las cuevas que existen en ellas, que albergaron a personas incluso en la prehistoria.
Recorrer su centro no toma más de dos horas, por lo que es una escapada perfecta desde Sarlat, por ejemplo.
Uno de los paseos más simbólicos a hacer en La Rocque Gageac es tomar un pequeño barquito por el río Dordogne, y así tener unas vistas de este tipo.
Un gran panorama si vistias La Rocque Gageac, es visitar las cuevas de Lascaux. En ella podrás visitar la cueva con la mayor colección de arte rupestre de Europa. Aquí tienes información sobre esta atracción.
3. BEYNAC, MIRANDO LA DORDOGNE DESDE LAS ALTURAS
Sin duda este fue, para mí, el punto más alto, el highlight de mi pasada por la Dordogne. Esto, porque me fascinan los castillos. Pero aún si no son fan de los castillos como yo, seguro les parecerá interesante llegar hasta el pueblo de Beynac, otro paraíso en la orilla del Dordogne.
Así se ve el castillo, cuya construcción data del siglo XII y en su momento fue un importante bastión francés, en la guerra de los Cien Años con Inglaterra.
Si suben a sus torres más altas, podrán tener una vista así hacia su capilla:
La zona está llena de otros castillos, que desde Beynac se asoman por todas partes en un paisaje de sueño:
4. QUÉ MÁS VISITAR EN TU VIAJE A LA DORDOGNE
Estos son solo 3 lugares para disfrutar en este rincón de Francia central. Hay mucho más. La mejor manera de recorrerlos es arrendando un vehículo e internándote por las estrechas carreteras -aunque asegúrate de ir con un buen sistema de navegación-.
Otros actractivos muy interesantes de recorrer en esta zona, también conocida como el Périgord Noir, son el pueblo medieval de Rocamadour, los castillos de Castelnaud-La Chapelle y Milandes, y los jardines de Mayquessac. Estas son sólo algunas ideas para tu viaje por esta zona.
5. CÓMO ORGANIZAR TU VIAJE A LA DORDOGNE
Si quieres explorar la Dordogne por tu cuenta, te aconsejo que partas en Bordeaux, a 2.5 horas en tren rápido desde París -el TGV-. Desde Bordeaux puedes hacer base, ya sea en vehículo o bien en tour, para explorar los pueblos y castilos de los que te he contado en este post.
El tren TGV que te lleva desde París a Bordeaux, lo puedes abordar en la Estación Montparnasse de la capital francesa. Un ticket puede costar desde 16 euros en segunda clase.
Otra forma buena es recorrer la Dordogne es contratando un tour, porque los pueblos no son grandes, y se pueden cubrir bastante bien con el tiempo que permiten las visitas de los tours.
Felices viajes!! Ya me dieron ganas de volver de sólo escribir esto! ?