Permítanme partir con una declaración: no me gusta la cerveza. En ninguna de sus fornas, de ningún tipo ni de ningún sabor. A veces, si viene mezclada con algo de sabor a frutas, podría tomarla. Y eso que he estado en grandes destinos cerveceros, con pasos por UK, Austria, y varios por Bélgica, sin embargo es más fuerte que yo, ¡no puedo!. Sin embargo, parece que tuve que llegar a Praga y embarcarme en un tour de la cerveza, de forma absolutamente inesperada, para cambiar mi opinión sobre esta bebida y darle una oportunidad. Me adelanto y les cuento que me gustaron todas.
Cuando me invitaron a hacer un tour de la cerveza lo dudé. “¿Qué iba a hacer yo ahí?”, pensé. Pero después, me dije, es una muy buena forma de también conocer otros viajeros. Así que partí. Si voy a Praga otra vez, este tour de la cerveza que les relato a continuación, lo haré de nuevo definitivamente. ¿Por qué? Aquí te cuento cinco razones para hacer este tour, y recorrer Praga de una forma diferente:
En este post estoy recomendando un tour en especial. No hice el tour gratis, sino que escribo de él sólo porque me gustó mucho!. La empresa que los organiza se llama Pragueando Tours y podrán leer sobre sus tours aquí.
El inicio y término del tour es en el casco antiguo, por lo que es muy fácil llegar al punto de encuentro. Para saber más de cómo moverte en Praga, te dejo este post aquí en que lo explico.
1. DESCUBRIR LA HISTORIA DE UN PAÍS A TRAVÉS DE LA CERVEZA
En República Checa, el arte de hacer cerveza -como en Polonia el del vodka- se toma muy en serio. Y esto por dos razones: la primera, porque es una institución nacional. Desde antes del año 1000 que se fabrica esta bebida, pero tuvieron que pasar más de 800 años para que alcanzara su esplendor: con la llegada de productores alemanes a Plzen en el siglo XIX, se comenzó a producir la primera cerveza clara y transparente, la comúnmente llamada Pilsner (que proviene del pueblo del mismo nombre), o “pilsen” en los países nuestros. Hoy es la reina indiscutida de las mesas checas y lidera sus exportaciones.
Entre las distintas explicaciones podrás entender desde dónde viene esta tradición y esta afición de los checos por la cerveza, como también explicarte por qué puedes ver gente tomando cerveza por las calles a las 9 de la mañana…
Eso sí, un tip: como los checos dicen, siempre hay que decir que la cerveza Pilsner Urquell es la mejor del mundo. ¡Lo dices y ya te los ganaste!
2. UN TOUR DE LA CERVEZA QUE TE LLEVA POR LO ANTIGUO Y LO NUEVO
Distintas técnicas, desde las ancentrales en el monasterio Strahov, en la parte alta de la ciudad, hasta las nuevas tendencias en almacenamiento y producción. Un tour de cerveza te permite probar no sólo distintos tipos de bebidas, sino también saber para qué se usan, cuáles son las combinaciones, cómo se fabrican hoy y cómo se hacían antaño.
Otra ventaja de conocer este monasterio y probar su cerveza, es que a unos pocos metros podrás llegar hasta esta vista:
3. DESCUBRIR BARES CON ENCANTO E HISTORIA
Una de las ventajas de hacer un tour de la cerveza en Praga es que te llevan a lugares que, por las de uno, probablemente sean difíciles de ubicar. Es así como puedes perfectamente llegar a un bar de unos 300 años. También puedes descubrir uno como éste, que además de estar cubierto de mensajes en sus paredes, estaba lleno de cómics hechos para ellos.
4. CONOCER DE LA CERVEZA DE LA MANO DE UN EXPERTO
Un tour de la cerveza en Praga te permite también llegar a conocer lo básico, al menos, para entender qué estás tomando. Qué significa que una cerveza tenga más o menos espuma, cómo distinguir una cerveza de calidad, la importancia del agua en la cerveza y muchas otras cosas más… como brindar correctamente, por ejemplo.
Todo esto y más puedes aprender en un tour de la cerveza en Praga. Los tours por lo general parten a las 7PM y duran unas tres horas.
5. BRINDAR POR PRAGA CON OTROS VIAJEROS
Un tour de la cerveza en Praga es por excelencia un buen lugar para conocer otros viajeros, compartir planes de viaje, y brindar por estar todos en esta ciudad.
Terminamos el tour reconociendo las mismas calles del casco antiguo que ya conocíamos de día, pero todas iluminadas. Este tour resultó una tremenda experiencia para conocer Praga de una forma diferente, muy ligada a su cultura. Y si te pasa como a mí, si no te gusta mucho la cerveza, dale una oportunidad a la checa… ¡seguramente saldrás convertido como yo!